Rama tras rama el olivo queda agradecido por la tala infligida.
El talador aplica su conocimiento para que el olivo quede con ramas productivas.
Hay que buscar la máxima producción eliminando leña que no sirve para nada y envejece el árbol.
Siempre con cuidado. La motosierra no es amiga de nadie.
El manijero da su explicación. Ahora toca poner atención a la sabiduría del más experto.
Dos instrumentos: La motosierra y el cerrucho.
Detrás de un olivo viene otro. La jornada hay que acatarla con paciencia.
Corte tras corte buscando dejar el olivo en perfectas condiciones.
El talador mira antes de cortar.
Después ejecuta su acción con firmeza. Hay que poner el máximo de cuidado. La motosierra no debe de bailar en las manos y hay que sujetarla con brío, con tesón.
Llega la hora de pararse. El trabajo es duro y requiere pequeños intervalos de descanso.
GRACIAS A LOS TALADORES DE LAS CUEVAS POR DEJARSE FOTOGRAFIAR. FUE TODO UN PLACER COMPARTIR CON ELLOS ESTE RATO.
CUIDADO , NO VALE CORTARSE...UN ABRAZO.
Reportaje que interesa, pienso que la talla olivos es muy importante para la cosecha próxima.
ResponderEliminarUn abrazo Paco.
Jean-François. www.jfbaphotographie.com
reportaje muy sabio el talador es el guia del olivo i dueño de su producciom con pekeños cortes aclaramos i con cortes gordos desasemos una leña k no sirbe para la producciom atentamente francisco moyano ramires esa tala se la dedico ami abuelo feliziano k en pas descanse fue un savio talador i yo tarde o tenprano sere otro...............................
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