Amanece, un pueblo se levanta. En este valle de olivos, una vida comienza a dar sus pasos cotidianos.
Todo se mueve en la mañana. El pueblo se amplia para dar cabida a las personas, y dónde antes era viña, ahora se acoplan las casas.
Casas con sus pinares. Casas blancas como la palabra paz.
Blanco y negro. Colores que se funden en el horizonte creando una imagen del pasado.
El blanco prima, aunque el día está desapacible y el cielo muestra un paisaje turbio y enfadado.
La claridad se impone. El verde florece creando un feliz ambiente...huele a alegría !!.
El cantar de la fuente no se detiene. Fresca agua y belleza en el monumento.
... y el pueblo sigue con su vida. Es verano y el sol aprieta en los tejados; es tiempo de resguardarse.
mientras en el campo los animales se ocultan para pasar desapercibidos .
Gracias por esta foto Paco, pronto Lola y yo estarán allá, todavía un poco de paciencia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Amigo.
Jean-François. www.jfbaphotographie.com